La cirugía de aumento de senos es una de las que se realiza con mayor frecuencia y también las que más mitos origina a su alrededor.
Aunque hace años parecía ser algo exclusivo de estrellas del cine y de la televisión, las cirugías plásticas se han normalizado de tal manera que cualquier persona pude tener acceso a una ‘manita de gato’.
En este sentido la cirugía de busto es una que crea mayor preocupación en las mujeres a la hora de decidirse por esta intervención pues preocupa a las mujeres en su relación entre los implantes y problemas con la lactancia, en un mito absolutamente falso, pues la cirugía plástica ha mejorado mucho y si se acude a unos buenos profesionales no tiene porqué existir ninguna complicación.
Aún así si la mujer ha dado a luz recientemente, es mejor dar un tiempo de reposo antes de colocar las prótesis mamarias.
Otro de los mitos es la dificultad para descubrir un cáncer de mama, pero gracias a los avances en cirugía es posible colocar los implantes de la mejor forma, en la zona subpectoral, para que no cree ningún problema a la hora de realizar las mamografías y que se pueda localizar bien si hubiera indicios de cáncer.
La posibilidad de una cicatriz muy exagerada es otro de los mitos y de los miedos más comunes, sin embargo hay que entender que cualquier intervención quirúrgica puede dar lugar a una cicatriz, pero cuando se trata con buenos médicos, será mínima. Además, siempre se aprovechan los pliegues de la propia piel para que quede la menor marca posible.
En cuanto a las nuevas tendencias en cirugía de aumento de busto, se busca un crecimiento pero mucho más natural y sutil. Los implantes de menor tamaño, que pueden rondar los 30cc llaman menos la atención aunque siguen aportando volumen. Últimamente las mujeres optan por este tipo, bien porque simplemente quieren acentuar sus propios pechos, o porque creen que a partir de cierta edad unos pechos muy grandes pueden resultar poco acordes con su estética, además de los efectos de la gravedad sobre ellos.
Si bien, a menudo se considera la cirugía estética como algo frívolo, enfocado sólo a mejorar el exterior, esto es sólo un mito más. Muchas veces las personas que acuden a este tipo de cirugía lo hacen debido a inseguridades que tratar, y una vez realizada la operación mejoran notoriamente su autoestima, por lo que no hay que ignorar el valor psicológico que tienen este tipo de intervenciones.
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